Después de la mecanización, la química y la biotecnología, la agricultura está experimentando otra revolución con la agricultura digital o agricultura 4.0. Sin embargo, no hay una sola sino varias agriculturas digitales: Si bien comparten el uso de las nuevas tecnologías, difieren en sus objetivos y medios. Estas tecnologías pueden ayudar a los agricultores, consultores e investigadores a desarrollar agroecosistemas más resistentes, con lo que las explotaciones ganan más autonomía (menos dependencia de insumos externos) y se vuelven más económicas (al reducir los costos).
Diversidad de la agricultura digital
Agriculture 4.0 combina una serie de implementaciones para satisfacer diferentes necesidades.
La agricultura inteligente utiliza principalmente la tecnología de Internet de las cosas (IOT). Diversos sensores colocados en los equipos o en el campo proporcionan datos a una plataforma (basada en la nube) que permite la creación de un sistema de información para los usuarios (profesionales del sector agroalimentario, agricultores, consultores, investigadores, etc.).
Ejemplos de ello son los sensores incorporados en máquinas que utilizan inteligencia artificial para detectar malezas que serán objeto de destrucción localizada.
Basada en la misma tecnología, la agricultura climáticamente inteligente trabaja para lograr una agricultura más sostenible, teniendo en cuenta los desafíos del cambio climático. Se identifican tres objetivos principales: "aumentar la productividad agrícola para apoyar el aumento de los ingresos, la seguridad alimentaria y el desarrollo; en segundo lugar, aumentar la capacidad de adaptación en múltiples niveles y en tercer lugar, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y aumentar los sumideros de carbono".
Los sistemas de información geográfica (SIG) son otra forma de agricultura 4.0, que se caracterizan por un uso significativo de la tecnología GPS. Este último permite cartografiar las parcelas para una mayor precisión durante las operaciones técnicas. Por ejemplo, la cartografía de las necesidades de nitrógeno de una parcela permite adaptar las entradas no sólo a nivel de parcela, sino también para diferentes zonas dentro de ella identificadas por satélite.
Otra área interesante es la co-agricultura o la asistencia agrícola mutua. Este término fue desarrollado por empresas que utilizan plataformas digitales para ayudar a los agricultores a conectarse entre sí para establecer relaciones comerciales sin intermediarios (como anuncios de maquinaria agrícola, venta de forraje, etc.) o para compartir conocimientos y experiencias.
Con estos pocos ejemplos, la agricultura 4.0 parece satisfacer las necesidades de productividad, sostenibilidad, eficiencia o cuestiones socioeconómicas.
Mejora de la capacidad de recuperación de las explotaciones agrícolas
Agriculture 4.0 reduce la cantidad de insumos (fertilizantes y productos fitosanitarios) necesarios, además de optimizar los desplazamientos para reducir las cargas de mecanización gracias a una mayor precisión. Estas tecnologías ayudan a reducir los costes agrícolas al hacer que las explotaciones sean más económicas en un momento en que los ingresos agrícolas tienden a disminuir, están por debajo de los ingresos de la población media.
El agricultor también gana autonomía en la toma de decisiones, gracias a las herramientas que permiten realizar estudios de campo y acceder a algunos de los datos en plataformas dedicadas. Como toda nueva tecnología, la agricultura 4.0 plantea muchas preguntas a los usuarios. Esto fomenta el intercambio de conocimientos entre los agricultores en grupos dirigidos por diferentes redes: cámaras de comercio agrícolas, centros de gestión, asociaciones, sindicatos, etc.
En pocas palabras, las nuevas tecnologías no pretenden sustituir a la consultoría agrícola, sino dotarla de nuevas herramientas. Si bien la mayoría de los datos se utilizan a nivel micro (parcela o cabeza de ganado), el agrónomo debe utilizar los resultados de los análisis sistémicos (sistemas agrarios o sistemas ganaderos y de cultivo) integrados en el área más amplia alrededor de la explotación.
Si bien hay algunos retos por delante, como las preocupaciones a corto plazo sobre la interoperabilidad de las distintas plataformas o la propiedad de los datos recogidos, la agricultura 4.0 es una herramienta prometedora. Puede refinar el análisis y la precisión de la solución tecnológica proporcionada por los agricultores, consultores, organizaciones técnicas y de investigación, con el objetivo de lograr una agricultura más sostenible y resistente.
Después de la mecanización, la química y la biotecnología, la agricultura está experimentando otra revolución con la agricultura digital o agricultura 4.0. Sin embargo, no hay una sola sino varias agriculturas digitales: Si bien comparten el uso de las nuevas tecnologías, difieren en sus objetivos y medios. Estas tecnologías pueden ayudar a los agricultores, consultores e investigadores a desarrollar agroecosistemas más resistentes, con lo que las explotaciones ganan más autonomía (menos dependencia de insumos externos) y se vuelven más económicas (al reducir los costos).
Diversidad de la agricultura digital
Agriculture 4.0 combina una serie de implementaciones para satisfacer diferentes necesidades.
La agricultura inteligente utiliza principalmente la tecnología de Internet de las cosas (IOT). Diversos sensores colocados en los equipos o en el campo proporcionan datos a una plataforma (basada en la nube) que permite la creación de un sistema de información para los usuarios (profesionales del sector agroalimentario, agricultores, consultores, investigadores, etc.).
Ejemplos de ello son los sensores incorporados en máquinas que utilizan inteligencia artificial para detectar malezas que serán objeto de destrucción localizada.
Basada en la misma tecnología, la agricultura climáticamente inteligente trabaja para lograr una agricultura más sostenible, teniendo en cuenta los desafíos del cambio climático. Se identifican tres objetivos principales: "aumentar la productividad agrícola para apoyar el aumento de los ingresos, la seguridad alimentaria y el desarrollo; en segundo lugar, aumentar la capacidad de adaptación en múltiples niveles y en tercer lugar, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y aumentar los sumideros de carbono".
Los sistemas de información geográfica (SIG) son otra forma de agricultura 4.0, que se caracterizan por un uso significativo de la tecnología GPS. Este último permite cartografiar las parcelas para una mayor precisión durante las operaciones técnicas. Por ejemplo, la cartografía de las necesidades de nitrógeno de una parcela permite adaptar las entradas no sólo a nivel de parcela, sino también para diferentes zonas dentro de ella identificadas por satélite.
Otra área interesante es la co-agricultura o la asistencia agrícola mutua. Este término fue desarrollado por empresas que utilizan plataformas digitales para ayudar a los agricultores a conectarse entre sí para establecer relaciones comerciales sin intermediarios (como anuncios de maquinaria agrícola, venta de forraje, etc.) o para compartir conocimientos y experiencias.
Con estos pocos ejemplos, la agricultura 4.0 parece satisfacer las necesidades de productividad, sostenibilidad, eficiencia o cuestiones socioeconómicas.
Mejora de la capacidad de recuperación de las explotaciones agrícolas
Agriculture 4.0 reduce la cantidad de insumos (fertilizantes y productos fitosanitarios) necesarios, además de optimizar los desplazamientos para reducir las cargas de mecanización gracias a una mayor precisión. Estas tecnologías ayudan a reducir los costes agrícolas al hacer que las explotaciones sean más económicas en un momento en que los ingresos agrícolas tienden a disminuir, están por debajo de los ingresos de la población media.
El agricultor también gana autonomía en la toma de decisiones, gracias a las herramientas que permiten realizar estudios de campo y acceder a algunos de los datos en plataformas dedicadas. Como toda nueva tecnología, la agricultura 4.0 plantea muchas preguntas a los usuarios. Esto fomenta el intercambio de conocimientos entre los agricultores en grupos dirigidos por diferentes redes: cámaras de comercio agrícolas, centros de gestión, asociaciones, sindicatos, etc.
En pocas palabras, las nuevas tecnologías no pretenden sustituir a la consultoría agrícola, sino dotarla de nuevas herramientas. Si bien la mayoría de los datos se utilizan a nivel micro (parcela o cabeza de ganado), el agrónomo debe utilizar los resultados de los análisis sistémicos (sistemas agrarios o sistemas ganaderos y de cultivo) integrados en el área más amplia alrededor de la explotación.
Si bien hay algunos retos por delante, como las preocupaciones a corto plazo sobre la interoperabilidad de las distintas plataformas o la propiedad de los datos recogidos, la agricultura 4.0 es una herramienta prometedora. Puede refinar el análisis y la precisión de la solución tecnológica proporcionada por los agricultores, consultores, organizaciones técnicas y de investigación, con el objetivo de lograr una agricultura más sostenible y resistente.